El día que me quieras, perdón, que me muera, sacarán la basura...




¿Qué sucederá después que te mueras? ¿Lo has meditado bien?
He aquí mi opinión sobre este lamentable asunto:
 ¿Y cuando me muera, qué van a hacer con todo lo que consideraba valioso, echarlo a la basura?
¿Botar mis pantalones rotos, viejos, fuera de moda, botar las chaquetas, mis manuscritos, formatear los datos de mi computadora?
¿Botar mis grabaciones de TV shows, la música, mis discos compactos, las películas, cada par de zapatos, hasta los calcetines?
Seguramente mi hermano se cambiará de habitación pues la mía es más grande.
¿Quitarán los afiches, las pinturas de las paredes, echarán a la papelera de reciclaje tantas cosas que escribí, dejarán morir el blog donde plasmé algunas de mis ideas tan poco valoradas?
¿Cuántas y qué cosas tuyas le regalarán a un vagabundo, a un pobre, a un mendigo?

¿Hasta ahora no hay nietos, entonces quién se va a aquedar con la casa luego de que yo o mis padres se mueran?
Algún familiar lejano va a sacar ventaja de nuestra muerte, qué grandísima porquería.
¿Alguna mujer va a extrañar mis besos, mi cuerpo?
Alguna dirá lamentándose... ¿Por qué no me acosté con Germán mientras estuvo vivo?

Ya empecé a alucinar, mejor dejémoslo así. 
Cada muerte trae sus beneficios a quienes menos tú piensas.

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