La ley de compensación y estilo de vida




Hoy no voy a referirme a esa supuesta ley que dice “da amor, recibirás amor, lo que siembras, cosechas”… No.
La ley de compensación en este caso es el de las personas que compensan sus defectos, su falta de entendimiento, lo torpes, lo groseros y las superficiales, fruslerías que esconden bajo una cantidad de objetos.

En primer caso, hablaré de la persona que tiende a despilfarrar dinero, obsequios, licor, fiesta, ropa, joyas, etc. Opino que así encubre que es alguien aburridor, fastidioso, un individuo que a nadie agrada, que ninguno quiere a su lado y por ello usa estos elementos distractores, los cuales le ayudan a recibir la compañía buscada, necesitada.
Un segundo caso, muy obvio es el de las mujeres con el auto-estima baja, que se consideran brutas o simplemente así son. Actuar de modo complaciente, nunca llevarle la contraria a los demás, a su pareja; amabilidad desmesurada, vestirse de manera provocativa, aumentarse el tamaño de los senos según lo indique la moda, la sociedad, y si no le falta esa proporcionalidad de busto, entonces, usar prendas escotadas, mostrar mucha piel para distraer, para ocultar la estupidez, la frivolidad, etc. Con su cuerpo.
En general, no la mayoría, pero sí en gran medida, estas mujeres consideran que lo único valioso que poseen para ofrecer es la sexualidad; ya se trate de manipular con “la posibilidad de sexo” o del sexo en concreto, copulación fácil, rápida de conseguir, al sexo lo tratan como una herramienta que las beneficia, que les evita el rechazo, la soledad, pasar desapercibidas, lo cual como mujeres débiles les causaría mucho dolor e indignación.    
¿Podría el comportamiento agradable tomarse como un signo de inferioridad?
¿La compra de joyas, autos, mansiones, ropa de marcas famosas, de diseñador, zapatos y tenis costosos, el uso de lociones, y todo cuanto la publicidad y los medios dictan cómo aquello que “TENEMOS QUE USAR”, es en resumidas cuentas el método de   compensación de la inferioridad percibida por el sujeto?
Para no sentirse rechazado ni un individuo menospreciable, se vale de estos objetos que lo ayudan a subir su estima, su valor social en el medio que se desarrolla.
¿Qué clase de persona sería sin esas apariencias, si no comprara afecto o amistad? ¿Un hombre solitario, deprimido, una mujer ignorada?
Pero es importante no olvidar "el complejo de superioridad" en el que el individuo manifiesta su problema con actitudes de prepotencia y arrogancia injustificada, solamente presente en su personalidad para negarse a sí mismo sus faltas.

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