El dinero es tu amigo


El dinero es muy bueno, nunca creas lo contrario.

¿Cómo seremos felices?—pregunta la mayoría.
Con estabilidad económica—respondo yo.
¿Quién dijo: “el dinero no es tan importante” o que “el dinero no da felicidad”?
¿Un idiota, un iluso idealista, un grupo de hippies?

¡Por favor, abre los ojos!
El señor dinero satisface tus constantes deseos de adquirir cosas para huir del aburrimiento; te sientes feliz comprando joyas, automóviles, ropa, casas lujosas, perfumes, drogas, comida, etc.

 Si dices que la salud es más relevante que el dinero, pues te recuerdo algo esencial.
La buena alimentación te mantiene sano, y sin plata no podrías comprar comida y si no te nutres balanceadamente, pues te enfermas.

Si dices que el amor es vital para la vida, pues no olvides que es con billetes que compras cariño, ternura, los besos y los abrazos de las mujeres; no importa si sumamente hermosas o feas, todas exigen riqueza  para poder tratarte mejor.

Sin dinero no hay comida ni salud, mucho menos amor.
Ten en cuenta que,  el dinero paga el valor de la afiliación al “Seguro Social” o cualquier otro tipo de Servicio médico.
El dinero paga la operación que salvará tu vida por algún tiempo... mientras te has de enfermar de algo crónico o te matan de una vez por todas los obsesionados con halar el gatillo. La medicina te salva un rato, pero la gente se empecina en matarte.

Hasta que no sufras un accidente o te enfermes de gravedad, y en el hospital no te reciban por falta de dinero, entonces no considerarás al dinero como tu único amigo en la vida.
El dinero es el que te permite ser atendido por un médico; oye, Idealista, por qué no aceptas el valor del billete mágico, ¿eres ciego o qué?

Tus hijos comerán excelentemente y crecerán saludables si tienes dinero; tu esposa te soportará durante más tiempo si no incumples sus caprichos de clase media-alta, su estilo de vida Burgués.
Ellas, las mujeres, tu esposa, te admirarán si eres un triunfador, si mantienes llena de dinero la billetera, y si le compras cualquier cosa que se le antoje; los costosos vestidos que escoge en los almacenes para luego presumir en fiestas o en el barrio.
Ella te mirará con cariño si le compras brazaletes de oro, diamantes, montones de zapatos, etc.
Con pobreza no sirves para nada, todo es un problema.
¿No te has dado cuenta de que tu esposa te utiliza, y que la estúpida manera que ves para cobrarle todo el sacrificio, es pidiéndole que te abra las piernas, que te dé sexo, por lo regular, dos veces por semana?
¿Crees que tanto matarte de 6 AM a 6 PM, vale la pena por, sencillamente, satisfacerte sexualmente?
¿Así lo crees?... entonces, ¿cómo te atreves a decir que tú eres quien manda, el que posee la fuerza, el control?
La esposa lo embauca, se aprovecha de su adicción al sexo, la entrepierna es su arma de doble filo.

De lo material no fluye felicidad, dicen algunos, ¿Por qué, entonces, las ciudades están llenas de miles de almacenes, los cuales ofrecen productos de toda índole, según la necesidad?
Pregúntenle a una mujer por qué le gusta el mes de diciembre o las tarjetas de crédito, y de seguro les contesta que es por la ropa y los zapatos que compra en ese asqueroso mes.
Muchos rechazan el “Capitalismo”, la sociedad de Consumo, y sólo es porque no lo disfrutan, no tienen con qué darse gusto; porque les es ajeno el dinero, envidian la gran vida que se dan los adinerados.
Lo que tampoco significa que los Ricos no sufran; ellos también sufren, pero es que al pobre le va mal y debe resignarse, aguantarse el malestar, estresarse, afrontar el aburrimiento debido a la escasez de dinero; en cambio al millonario nada le impide encontrar una distracción, una manera de relajarse, de olvidar el malestar con pequeñas y grandes superficialidades.

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