Viciados
por la esperanza
Basta de buscar preservar con tontas
ilusiones lo que es mortal. La vida es precaria, se consume, no resiste la
dureza del mundo ni el tiempo.
Tantas risas dependientes de los buenos
momentos, tanta solidaridad y amistad dependiente de una utilidad. Cuando ya no
sirvas de ti se alejarán. Ya no provees provecho alguno entonces, ¿para qué
fingir más?
Las relaciones humanas son un mercadeo, el
amor de tu esposa es una cuestión de conveniencia, es un juego; uno vende, el
otro compra. Las complacencias tienen un precio
Cuando el bienestar se acabe y surja la
necesidad los demás me buscarán, tocarán la puerta o se me acercarán diciendo
algo así:
Germán, ¿me hace un favor?... necesito esto…
antes de tu necesidad, yo para el otro no existo.
Hay inequidad en los promotores de la paz,
cansancio, hastío para amar, voluntad desbocada para odiar, para gente
maltratar.
Viviendo con la constante sensación de que no
vale el esfuerzo, que mientras más busques, más lejano se dispone lo
perseguido. Más distante e impermeable es la humanidad cuando se le muestra
sumisión e interés.
Soy un adicto de corretear a las personas
ingratas, pues en una vida donde siempre alcance mis metas, me estancaría,
aunque… lo dificultoso no es signo de calidad o de mayor valor, muchos se
engañan pensando que cuanto más dura sea una tarea, una meta, una persona,
etc. Es supuestamente porque es más valiosa, pero en eso consiste la farsa de
la vida: hacerle creer a uno que los miles de esfuerzos para conseguir las
metas, son justos o necesarios y que lo menos complicado, es malo, banal o
superfluo. Y con esta creencia de lo
complicado, la así la gente no reniega por lo enredada que es la vida. Así se
van acostumbrando a lo mierda, a lo asqueroso. Que si no es complicado y
enrevesado, entonces no vale la pena. Similar a los insanos que si les dan
menos latigazos o castigos, menos redención ni buenos frutos recibirán.
La teoría del masoquista. Soporte y aguante,
dé su mayor esfuerzo, rómpase la espalda y si al final no sale triunfador, si
no logra nada, pues siéntase bien con la excusa de que “dio lo mejor de sí mismo”.
De modo que, si el proyecto de vida, si sus sueños tardan en realizarse, no
desespere, continúe luchando, no ceda ante las adversidades, tranquilo que ese
es el camino adecuado para convertirse en un ganador.
Pobres personas, ciegas por el positivismo,
el masoquismo, complaciendo a la ironía de la vida. Con la lengua afuera como
un perro sediento que, hasta no perder el aliento el dueño no le brinda el agua
del consuelo; un poco de agua antes de ponerlo a correr de nuevo en una
ridícula carrera sin objeto.
Mejor detente, no uses tus fuerzas en lograr
un anhelo, ¿qué importa no llegar a conseguirlo?
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