Soy como tú e igualmente como el resto de las personas.
Tengo defectos, los que llamo propios, pero igualmente, sé que puedo tener y
sacar a relucir todos los defectos humanos del mundo, y no es que estén dentro
de mí, sino que, están ahí, afuera, en la posibilidad, por así decirlo, en el
aire, en el tiempo y en el espacio… las circunstancias provocarán que los
errores y las fallas salgan de mí eventualmente, cuando sea necesario. Lo que
menos anhelo es la perfección.
La gente por lo general juzga, critica a la gente pues ven
en las demás personas defectos que ellos piensan que no tienen, que les son
ajenos, que nunca jamás van a ser como los otros, por lo cual hay una especie
de separación, de supuesto alejamiento, una sensación de no-ser malo, no-ser
egoísta, no-ser ladrón, no-ser prepotente, no-ser borracho, drogadicto,
fumador, asesino, engreído, petulante, y un montón de etcéteras. Pero en lo personal, en las maneras del ser,
sé que cualquier actitud humana, no importa lo despreciable que ésta sea, me
pertenece, cualquier acto negativo, feo, censurable, equívoco está dentro de
mis posibilidades humanas, pues no me creo ese tipo de ser que lo malo le es
totalmente ajeno. Y es por ello que no juzgo del mismo modo, y comprendo las
acciones de la gente. Tú fumas, yo fumo, tú insultas, yo insulto, tú robas, yo
también puedo hacerlo, no en el presente, ni en el pasado, pero tal vez sí lo
haga en el futuro. Lo que quiero decir con esto, es que no niego que pueda ser
igual a todos, en cualquier aspecto, no importa cuán horrible y aparentemente
ajeno a la persona que hasta este momento he sido, sé que es una posibilidad del ser.
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